No grites ni seas violento jamás
Sabía que no iba a gastarlos ni de broma y prefería que la caja fuera grande a fin de que no se notara tanto si cualquier día le faltaba alguno. Era una convidación, como la de dejarnos la llave del coche a mano un fin de semana ¡Vamos, que nos lo ponía a huevo! ¡Grande mi padre, con 2 cojones!